miércoles, 1 de abril de 2015

'You know, the myth is that you have to be X. X could be age, X could be gender, X could be skin color, X could be from a certain part of the country, I mean, the older I get the more I tend to not accept any of that.'

— Joey Baron, 2014

jueves, 12 de marzo de 2015

Retrato del artista adolescente

Stephen se hallaba en una fiesta de niños en Harold’s Cross. Aquella actitud suya de observador silencioso se había apoderado de él en aquella ocasión, así que apenas si participaba de los juegos. Los niños iban de un lado a otro llevando los residuos de los triquitraques de Navidad, bailando y retozando ruidosamente. Y aunque él trataba de participar del regocijo de los otros chicos, se sentía como una figura sombría entre los bicornios de ellos y los sombreretes de tela de ellas.
Cuando hubo cantado su canción, se retiró a un rincón apartado de la estancia, y comenzó a gustar el encanto de su aislamiento. El júbilo que al principio le había parecido falso y trivial, era ahora para él como una brisa confortante que se filtraba alegremente por sus sentidos y que ocultaba a los ojos ajenos la agitación febril de su sangre, cada vez que, a través del círculo de los bailarines y entre la música y la algazara, volaba hasta su rincón la mirada de Ella, como una provocación, como una promesa que viniera a explorar su corazón y a excitarlo.

En el vestíbulo se estaban poniendo los abrigos los niños que habían permanecido hasta el fin; la fiesta había terminado. Ella se echó un chal por encima y salieron juntos. Su cabeza encapuchada se rodeó de un fresco nimbo de aliento y sus zapatitos repiqueteaban alegremente sobre el suelo cubierto de cristalitos de hielo.

Era el último tranvía. Los flacos caballos castaños lo sabían y movían las campanillas como para anunciarlo a la noche clara. El cobrador hablaba con el conductor, y ambos hacían a menudo gestos expresivos con la cabeza a la luz verde de la lámpara. Sobre los asientos vacíos del tranvía estaban diseminados algunos billetes de colores. No se oía ningún ruido de pasos por la calle. Ningún ruido turbaba la paz de la noche, sino el de los caballos al frotar uno contra otro los hocicos, al agitar las campanillas.

Los dos parecían escuchar, él en el peldaño de arriba del estribo, ella en el de abajo. Mientras hablaban, ella subió varias veces hasta donde estaba él y volvió a bajar otra vez a su peldaño, pero en una ocasión o dos permaneció por unos momentos pegada a él, olvidada de bajar, hasta que volvió a descender por fin. El corazón de Stephen seguía el ritmo de los movimientos de ella como un corcho el ascenso y descenso de la onda. Y comprendía lo que los ojos de ella le decían desde las profundidades del capuchón y comprendía que en un pasado oscuro, no sabía si en la vida o en el sueño, había oído ya antes su mudo idioma. Y le vio lucir para él sus galas: el bonito vestido, el ceñidor, las largas medias negras, y comprendió que él se había ya tendido mil veces a aquellos encantos. Y, sin embargo, una voz interna más alta que el ruido de su corazón agitado le preguntaba si aceptaría aquella ofrenda, para la que sólo tenía que alargar la mano. Y recordaba el día en que Eileen y él estaban mirando en los campos del hotel cómo los criados izaban un banderín en un mástil, y aquel foxterrier que daba huidas locas de aquí para allá sobre el césped soleado, y cómo de pronto había prorrumpido ella en una carcajada, echando a correr cuesta abajo por el sendero en curva. Ahora, como entonces, permanecía indiferente en su lugar, como un tranquilo observador de la escena que delante de sus ojos se desarrollaba.

-Lo que ella quiere es que yo la tome entre mis brazos –pensó-. Por eso es por lo que ha venido conmigo al tranvía. Podría fácilmente agarrarla cuando sube a mi escalón: nadie está mirando. Podría asirla y besarla.

Pero no hizo ninguna de las dos cosas. Y cuando se vio sentado, solo, en el tranvía desierto, desgarró en tiras su billete y se quedó mirando sombríamente el suelo de madera acanalada.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Bobby Womack

And when the skeletons come out of the closet
And chase you all around the room
And the memories sail round like a ghost
And they start spinning around like a fast slow tune, ah

viernes, 4 de julio de 2014

Lista de consejos para la TLP

Pues bien, acabo de hacer un pequeño recopilatorio de los distintos consejos que han dado en este thread, y aparte los que he podido recopilar de colegas, y me ha quedado una listita bastante útil y ordenada. Aquí está:

domingo, 22 de junio de 2014

Conversaciones #1: A.G.

Para no poner el diálogo que comenzó hace meses y meses, hago un pequeño resumen: un amigo estaba hablando por Skype con A.G., que es un evangelista, debatiendo sobre las ridiculeces de sus palabras. Él me enviaba mensajes de una profeta llamada María de la Divina Misericordia, quien había dicho que aparecería la Virgen en Europa en primavera. Hicimos una especie de apuesta: si aparecía, yo admitiría que esa mujer tenía razón, y si no, él admitiría que es todo mentira. Obviamente, nadie apareció, así que admitió que se sentía decepcionado por esa mujer. Entonces, le pregunté qué pensaba hacer ahora.

jueves, 19 de junio de 2014

Tan azul

El mar es como el alma. Es profundo, sabes que lo es, pero no cuánto en realidad, porque solo alcanzas a ver una pantalla danzante azul que esconde inimaginables secretos. Es normal que el chico, al lanzar la mirada desde lo alto del escollo, no pudiera ver más que aquel melancólico color estático y receptivo. Pero estaba tan triste, que solo pensaba en chocar contra las rocas ocultas, despeñarse la nuca y acabar con aquel pesar que arraigaba de su cerebro a sus venas y de sus venas al resto de su ser.

Sus ojos no se apartaron del espejo añil. Todo sucedía a la vez. Vio reflejado el pecho desnudo de su chica, su amor, blanca y helada. Vio la palma de su mano, tersa y pura, pero pronto roja y furiosa, elevando el agua y formando una ola que rompería contra el islote y salpicaría el rostro del joven, provocando un dolor mucho más intenso en su corazón que en su mejilla. Vio a sus padres tan carmesí, tan combativos, removiendo el lamentable fluido hasta separarlo como Moisés en dos bandos, hasta que su madre desistiría y la mitad del océano desaparecería para siempre. Vio a su gran amigo, su compañero del alma, su confidente, correr hacia las vías del tren y precipitarse hacia el fondo del mar en un remolino sucio y áspero de muerte.

Las aguas se volvieron fango y el joven olvidó dónde estaba el límite de cada diapositiva, hasta que todas confluyeron en una criatura grotesca y sinuosa. Todas las caras de su entorno desfiguradas parecían ya una abominación que gruñía órdenes de inmolación al joven. La bestia trataba de escalar y alimentarse del humano indefenso que se situaba en la punta del montón rocoso. Éste no sabía qué hacer. El pánico, sin ser más que un cúmulo de melancolía, resbaló en forma de lágrimas por su mirada y se precipitó entre las fauces del monstruo, quien se desplomó contra las rocas y algas submarinas que habían quedado descubiertas, y se transformó en unas aguas diáfanas y brillantes.

Aprendió. Nada había sido inútil. Logró entender cómo la carne rota en una herida se recompone con el paso del tiempo, cómo las aves deben aprender a salir del nido haciendo uso cada una de sus propias alas. Levantó la vista y se encontró con un camino de baldosas. Estaba lleno de giros y obstáculos, pero era un camino. Ya pudo voltear la cabeza sin miedo para observar lo andado, pero no encontró las losas que esperaba.

Tras de sí no había más que océano.

miércoles, 11 de junio de 2014

Reflexionando: Serial Experiments Lain

Bueno, veo bastante necesario hacerlo. Estoy volviendo a ver Lain de cero, ya que me acabo de comprar la edición coleccionista, y me gustaría plasmar aquí todas las ideas para 1) que no se me olviden y 2) cohesionar mi concepto de la serie. Haré afirmaciones, por pereza de poner "creo que" en todas las frases, pero vamos, que son teorías, y perfectamente pueden ser todo gilipolleces. Este post lo iré actualizando paulatinamente según vea la serie y según se me ocurran cosas.